Mundo Tradicional es una publicación dedicada al estudio de la espiritualidad de Oriente y de Occidente, especialmente de algunas de sus formas tradicionales, destacando la importancia de su mensaje y su plena actualidad a la hora de orientarse cabalmente dentro del confuso ámbito de las corrientes y modas del pensamiento moderno, tan extrañas al verdadero espíritu humano.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

EL PAPEL DE LA CONCIENCIA EN LAS TRADICIONES METAFÍSICAS (y III), por Manuel Plana

De algún modo, en sus deducciones Guénon acaba insinuando una trascendencia de la conciencia, una realidad superior de ella misma que no resulta precisamente de transponer su modalidad individual (citta) a lo universal (Caitanya), sino debido a sus propias características en el fondo informales e ilimitadas, es decir, no-duales, tesis fundamental de este trabajo. Sin embargo, ahí se acaban sus observaciones, sin desarrollar y sin modificar su postura anterior con respecto a ella. 

Sin embargo, lo que cabe recalcar para comprender bien el tema es que:

“Lo interesante radica en el hecho de que en el microcosmos, esto es, en el plano del sujeto individual, cittam (conciencia ligada a lo mental) no deja de ser Conciencia Suprema que permanece inmutable en todos los cambios. Así cuando leemos : CAITANYÂTMÂ, (el primer Sutra de los Shiva-Sutras de Vasugupta), el Sutra se refiere a la Conciencia Suprema y, a su vez, a la conciencia individual (Cid-Anu en el Trika), âtmâ, que trasciende toda limitación y es la substancia íntima del Universo.” (…) Caitanya siempre es idéntica a Sí Misma porque nunca es afectada por las relaciones de espacio o tiempo, aun cuando es el sustrato mismo de ambas categorías. Así que no debe confundirse la conciencia empírica, cittam, que connota relación y dualidad con algún objeto, con la Conciencia Suprema (en Sí), que el Shivaismo Trika llama de diferentes maneras: Caitanya, Shiva, Cid, Cittam, Citta, Samvid, Parâsamvid, Shiva-Sahkti, etc…” Traducción y comentarios a los Shiva-Sutras de Vasugupta. Xicoténcatl Martínez Ruíz. Lancaster University. Pg. 147.

Igualmente:
“La Conciencia, una bajo un aspecto de dualidad (pues es no-dual), es trascendente e inmanente. La Conciencia trascendente es llamada Parâmâtmâ. La Conciencia encarnada en lo mental y la materia es el Jîvâtmâ. En el primer caso, la Conciencia es informal; en el segundo ella tiene una forma. La forma es un producto de la Conciencia bajo su aspecto de Potencia (Shakti). La Potencia llamada Prakrti-Shakti es la fuente directa de lo mental y de la materia. El aspecto estático correspondiente es llamado Purusha (este término es aplicado a veces al Supremo, como en el nombre Brahma-Purusha). Se trata aquí de un centro de conciencia limitada, limitada por la Prakrti a la que se encuentra asociada, y por el mental y la materia que ella produce. Se entiende vulgarmente por Purusha, como por Jîva, el ser sensible provisto de un cuerpo, dicho de otro modo, de vida orgánica. (Nota 113) (…) Sin embargo, como Jîva, en el Mâyâvârâdâ Vedânta es en realidad Brahma (Jîvo brah maiva nâparah), no existe en el fondo, según esta doctrina, ninguna realidad independiente llamada Jîva. Âtmâ toma el nombre de Jîva cuando está con upâdhi, es decir, con atributos tales como el cuerpo, etc…  En lenguaje filosófico, todo Âtmâ con upâdhi es Jîva.” El poder serpentino. C-III. Pg. 55. La conciencia encarnada del Jîvâtmâ. Arthur Avalon.

Se insiste en la idea de que, incluso “contractada” en el individuo, la conciencia no pierde sus virtudes, sino es en modo ilusorio debido a las impurezas (principalmente las tres Malas: ânava-mala, mâyiya-mala y karma-mala) que la ignorancia dual y diferenciadora de Mâyâ le imprime mientras no son eliminadas.

“Cortada de la Realidad vibrante, la Conciencia única (Cit) se reduce (contracta) al estado de una conciencia discursiva (citta) en la cual la vibración original deviene la pesada “oscilación” (vaivén) del vikalpa, pensamiento de doble polo (sucesivo, empieza y acaba) ligado a la multiplicidad. Es porque el Spanda (vibración primordial de la conciencia, Vimarsha), aunque perpetuamente presente en tanto que energía de vida (prânana-shakti), animadora de nuestros alientos, pensamientos, palabras, actividades, no puede ser aprehendida en su pureza durante la vida ordinaria, pues, los movimientos groseros del pensamiento discursivo, tanto como la acción utilitaria, lo recubren y lo ocultan. Igualmente, ellos disimulan al universo en su verdadera forma de constante vibración. ¿Entonces cómo volver a tomar contacto con la vibrante conciencia (suprema), con el acto interior en su indiferenciación primordial en el momento en que él se pone en movimiento o que irrumpe su latido? En verdad nuestros límites no son más que estructuras adventicias, nuestra conciencia empírica más que construcciones engañosas (vikalpas, vrittis –modificaciones mentales) y es nuestra ignorancia que nos las hace tomar por ligaduras, ataduras. Basta con suprimir este molesto edificio para reencontrar el Yo en su pureza, la energía (Shakti) en su pura indiferenciación primordial, y al individuo en su verdadera naturaleza (de Jîva-âtmâ). Este retorno se efectúa con ayuda de la conciencia interiorizada y eficaz (citti) que “traga” las estructuras y hace emerger el fondo esencial. En Citti, el movimiento en su punto álgido es imperceptible o percibido exclusivamente en el Uno; se lo llama entonces nihspanda.” Shiva-sutra-vimarsini. Ksemarâja. Introducción al Spanda de Lilian Silburn.

“Deja que la Conciencia infinita se trague la mente finita y llegarás más allá de todas las cosas.” (Yoga Vashista. Valmiki)

Como bien señala el autor, sería un error ver estas diferentes modalidades  (Cit, citta…) de la única e indivisible Conciencia (Chaytania, Samvid…) como potencias ajenas a ella, estancas y separadas. Bien al contrario, es la misma “prakasha” (auto-luminosidad consciente) operando en dominios distintos. Se ve como “atada” o limitada por ellos según su objeto, por un acto de “exteriorización” relativa de ella misma pero sin implicarse ni el verdadero Sujeto ni su naturaleza intrínseca (Svarûpa) en esa forma de ignorancia que no es sino un elemento más de su juego divino (Lîlâ, Kridhâ, Kumar). Y es por eso que la realización espiritual de esa naturaleza original es posible siempre aquí y ahora y no una utopía mística o posibilidad póstuma, como piensan ateos y creyentes. La posibilidad permanente de esta realización reposa precisamente en esa absoluta “indivisibilidad” de la verdadera y única Conciencia asimilada a Dios mismo. No-dualidad es sinónimo de indivisibilidad.

En efecto:

“Cuando se alcanza la dicha (Ânanda) de Cit se adquiere de manera permanente aquel estado en el que Cit es nuestro único ser, y en el que todas las cosas que aparecen son idénticas a Cit. Incluso el cuerpo, etc…, que es experimentado aparece como idéntico a Cit. Este estado es jîvanmukti.” Pratyabhijñahrdayam. Sutra 4. Ksemarâja.

“El experimentador individual (cetanah), en quién hay contracción (sañkoca-âtmâ) de Cit, también tiene al universo como su cuerpo (vishva-mayah), pero en una manera contraída (sankuceta)”. 
“Es únicamente Cit (la que), descendiendo desde la etapa de Conciencia pura (Cetana, Aham), se contrae a Sí Misma (asumiendo la forma del) objeto (esto o idam) o cognoscible (cetya); y también es Cit la que se vuelve la mente.” Pratyabhijñahrdayam. Sloka 4 y 5. Ksemarâja.

“Qué es el Sí Mismo? No es el cuerpo, como mantiene el común de los individuos y los materialistas (Carvaka); no es el principio vital (prâna) como defienden los seguidores de los Vedas; no es el poder concreto de la mente como mantiene los Yogacaras Budistas; no es el Vacío como afirman los Madhyamika Budistas, sino que, como ya ha sido dicho, es la Conciencia Primordial caracterizada por el conocimiento y la actividad. Incluso en el caso de aquellos sujetos que imaginan que el cuerpo…et… es el Sí Mismo, Caitanya (la Conciencia pura y funcional) brilla sin cesar como el verdadero Sujeto o el Sí Mismo caracterizado por el Yo Absoluta y Primordial Conciencia.” Comentario de Ksemaraja al primer verso del Shiva Sutra de Vasugupta.

“La Conciencia es más allá de la conciencia relativa (mental con “objeto”) o de la inconsciencia.” (Aham Vritti: yo “pensado”, ego asociado al cuerpo, no sí mismo, reflejo relativo del Aham Sphurana: Sí Mismo no asociado a nada, no “reflejo”. Éste debe ser realizado en el estado de vigilia –Jagrat- aquí y ahora). Ramana Maharshi. Conversaciones. Tomo II. Pg 75.

“Cuando el Yo como Conciencia, siendo verdad, conocimiento, infinitud y dicha, se encuentra vacío de todos sus atributos y libre de todas sus formas, brilla como el oro puro al igual que un brazalete o una corona, es llamado Tvam o Tú.” Sarvasar Upanishad. S. 9.

“Toda manifestación está ligada a una apariencia inconsciente. Lo mental no es evidentemente conciencia pura, sino conciencia limitada. Lo que la limita debe ser alguna cosa inconsciente en sí, o sino, capaz de producir la apariencia de inconsciencia. Nada, en el mundo fenoménico, es absolutamente consciente ni absolutamente inconsciente. Conciencia e inconsciencia están siempre entremezcladas. Algunas cosas, no obstante, parecen ser más concientes y otras más inconscientes. Eso es debido al hecho de que Cid, que nunca está ausente de nada, se manifiesta sin embargo de maneras diferentes y a diversos grados.
(…)
 “La manifestación de la conciencia es más o menos limitada a medida que se eleva del mineral al hombre.” La puissance du serpent. C-II. Pg. 37-38.Arthur Avalon.

“La Realidad última es Cid o Parâsamvid…es traducido por “consciencia”. Pero Cid no es exactamente consciencia… (ésta) connota la relación sujeto-objeto, la dualidad conocedor-conocido. Pero Cid no es relacional. Es justamente el principio inmutable de toda experiencia cambiante. Es Parâsamvid… Tiene la inmediatez de la impresión donde ni “yo” ni “esto” están distinguidos. Es la “fusión en la unidad indivisible” del “yo” y “esto”. Tal vez la palabra “sciencia”… usando el verbo contenido (en la palabra) consciencia (sería) el Yo Supremo… el Yo sabiéndose Sí Mismo (autoluminoso, auto.consciente, con luz propia: Prakâshâ, es: PRAKÂSHAVIMARSHMAYA … no es solo Prakâsha (auto-luminoso), “sciencia”, sino una ciencia que también “se sabe” (conoce) ella misma como tal (Vimarsha).” Pratyabhijñahrdayam. Introducción de Jaideva Singh.

 “La percepción de las múltiples y diferenciadas formas existe exclusivamente en la mente de quién percibe, siendo su sustrato el eterno y omni-abarcante Vishnu, cuya naturaleza esencial es Sat (Verdad, Ser, Existencia) y Samvid (Cid, Caytania: Conciencia). “ Âtmâ-Bodha. Sloka 8. Shankara-Acharya. 

“A causa de que la Conciencia no-dual es la base de las cinco envolturas (koshas), el Âtmâ no-dual aparece con atributos diferenciados (como dual), como ocurre con un cristal que parece dotado de colores tales como el rojo o el azul cuando se halla superpuesto a velos rojos o azules.” Âtmâ-Bodha. Shankara-Acharya. Sloka 14.

Es cierto que Shankara en algunas ocasiones otorga un estatuto ontológico o cósmico superior al intelecto, pero otras veces no: Buddhi, en sí mismo, poder de discriminación (Viveka) y de juicio a la vez que de  intuición supra-racional… las dos cosas a la vez (Tarka y Sattarka en el Shivaismo advaita Cachemir). Pero fuera del Samkhya, Buddhi no es un principio exclusivamente trascendente (Mahat es el aspecto cósmico del Buddhi microcósmico) sino fronterizo entre lo individual y lo supraindividual. 

Shankara deja claro este punto:

“A través de Buddhi, la función discriminativa de la mente, es posible distinguir el Brahman no-dual de las envolturas sobreimpuestas (koshas) de las que se halla recubierto, de la misma manera en que se separa el grano de arroz de la cáscara que lo recubre golpeándolo con una piedra de moler.”Âtmâ-Bodha. Sloka 15. Shankara-Acharya.

 “El cuerpo denso, los sentidos y el buddhi se ocupan cada cual de su tarea respectiva, con el soporte de la Conciencia inherente a Âtmâ, al igual que los hombres trabajan con la ayuda de la luz que es inherente al Sol.” Âtmâ-Bodha. Sloka 19. Shankara-Acharya. 

Más explícito aún es el shivaismo de Cachemira:

“Ya que la experiencia de placer o dolor son características o propiedades del intelecto (buddhi) –que a su vez consta de Sattva, Rajas y Tamas, (aunque en él predomine el primero), ¿cómo puede el intelecto poseyendo tales características ser considerado el Sí Mismo?.” Abhinavagupta. Paramarthasara. Verso 32. Comentario de Ksemarâja. 

Ignoramos de donde deduce Guénon que la conciencia es solo relativa, un modo particular de ser y conocer, producto de la refracción de Buddhi con Prakrti o ámbito individual-formal (Naturaleza). La del ego o Ahamkâra ya hemos visto que sí, pero la Conciencia no puede tampoco reducirse a la conciencia mental, egóica, fenoménica, sensorial y objetiva. Suponemos que lo deduce del Samkhya, aunque el Samkhya no es una metafísica sino una cosmología dual. Antes bien, a la inversa, Buddhi es producto de la refracción de la Conciencia (Caitanya-Shakti) en Prakrti, al menos así está expuesto en el Shivaismo advaita Cachemir y en su cosmología de los 36 Tattvas. Shankara lo insinua en muchas ocasiones aunque quizá no tanto como para no entrar en dudas al respecto. Para ser más exactos, Buddhi (intelecto), Ahamkâra (ego) y Manas (mente), el Antah-karâna u órgano interno de conocimiento, son ellos mismos potencias de la Conciencia universal  “contractadas” en el orden individual de Purusha-Prakrti, no al revés. Sí cabe  poder universalizar la función de Buddhi en tanto Mahat con respecto a su función iluminativa, de factor dinamizante de “toma de conciencia”, pero todo y así no es sino una potencia o facultad dinámica de la Shakti, tal y como ésta es la auto-reflexión (Vimarsha) de la Conciencia Suprema (Prakasha) o Parâmashiva.

 La naturaleza específica y relativa de Buddhi con respecto a la Conciencia está bien clara aquí:

 “Apegos, deseos, placeres, dolores y demás, se perciben como existentes mientras perdura la función “buddhica” de la mente; dejan de ser percibidos en el estado de sueño profundo cuando la mente deja de funcionar. Por lo tanto, esas funciones diferenciadas que operan en la mente pertenecen tan solo a ella y no al Âtmân.” Âtmâ-Bodha. Sloka 22. Shankara-acharya.

Y aún más aquí:

“Âtmâ no-dual nunca experimenta cambio alguno, así como tampoco Buddhi se halla jamás dotado de Conciencia. El hombre ignorante, sin embargo, cree que Âtmân es idéntico a Buddhi, y así cae bajo la ilusión de considerarse como el que ve y el que conoce (egóica e individualmente, puesto que buddhi pertenece al dominio individual, por debajo de Purusha-Tattva en el shivaismo advaita cachemir).“  Âtmâ-Bodha. Sloka 25. Shankara-Acharya.

Estas solas palabras ponen en jaque  la teoría de Guénon sobre la conciencia y el intelecto. En la misma línea:

“Así como una lámpara iluminada (encendida) no necesita de otra lámpara para manifestar su luz, así Âtmân, siendo Conciencia en Sí Mismo, no necesita ninguna otra Conciencia para manifestar su Ser.” Âtma-Bodha. Sloka 28. Shankara-Acharya.

“Se presupone que la conciencia, como evento inteligente que produce saber, es propia del sujeto mismo, esto es, de la Conciencia del conocedor, el agente activo de la cognición.” Comentario al Âtmâ-Bodha. Pg. 171. Sesha.

“La Conciencia parece tener un origen, parece moverse y tener la forma de los objetos, pero en verdad no tiene origen, es inmutable, insustancial, serena y una (no-dual), sin segundo.”  Kârika de Gaudapada (maestro de Shankara). Sección IV. Sloka 45. 

“La dualidad que consiste en un objeto que conoce y un objeto que es conocido, no es más que una producción de la mente. La Conciencia está libre de objetos. Es incondicionada y carece de relaciones.” Kârika de Gaudapada. Sección IV. Sloka 72.

Tampoco el estado supremo es un “conocimiento” como afirma Guénon:

“Yo no soy el conocimiento surgido del intelecto. Éxtasis y  Yoga no me afectan.” Avadhût Gîta. Verso 49. Dattâtreya.

“El cuarto estado (Turiya), según dicen los sabios, no es un conocimiento interno ni externo, ni una combinación de ambos. No es tampoco una masa indefinida de conocimiento, no es un conocimiento colectivo, ni es un no-conocimiento (vacío o inconsciencia). Él es invisible, no relacional, inconcebible, indescriptible. Es la esencia del auto-conocimiento común a todos los estados de conciencia.” Mandukya Upanishad. Sloka 7.

“Ramana Maharshi.- Esa conciencia es su Sí Mismo o Usted. Así pues, usted o su conciencia es lo mismo que Él y Su Luz por la que todo lo demás brilla.D.- ¿Es esa Luz como la luz del Sol?
R.M.- No. La luz del Sol es “jada” (insenciente). Usted es conciente de ella. La luz del Sol hace perceptibles los objetos y disipa la oscuridad, mientras que la Conciencia es esa luz que hace perceptible no sólo la luz sino también la oscuridad. La oscuridad no puede existir ante la luz del Sol, pero puede permanecer en la Luz de la Conciencia. Similarmente, esta Conciencia es puro Conocimiento en el que brillan el conocimiento y la ignorancia.” Conversaciones con Ramana Maharshi. Tomo II. Pg. 188.

En suma, queda claro que la Conciencia es más que el intelecto, la mente y cualquier otra facultad universal, cósmica o individual. Su naturaleza es tan amplia y profunda como insondable, y si lo es de algún modo, solo lo es por Ella Misma. Es tan misteriosa como evidente. Es tan poderosa que incluso puede negarse o ignorarse Ella Misma, es decir, limitarse para crear todas las cosas limitadas, que surgen precisamente de esa negación o “velamiento” de Su infinita plenitud (Pûrna), como parte del juego divino. Nada hay en Verdad que no sea Conciencia, la Luz de Dios que trasciende la luz y la oscuridad del mundo.